Cuando Jesús es abordado por un leproso desesperado, él decide actuar por compasión, colocando el amor por sobre la ley. No sólo lo sana, sino lo toca. Esto no descalifica el papel que tiene la ley, sino que la pone en perspectiva: la motivación para seguir la ley es el amor, no actos que están desligados de nuestros sentimientos.
Basado en
Marcos 1:40-45